viernes, 19 de abril de 2024

La Emoción de Aprender. Soy Latifa y soy de la Cañada

 Etimológicamente, el término emoción proviene del latín emotio, nombre que se deriva de emovere, verbo formado sobre movere (mover, trasladar, impresionar).

         Las emociones son impulsos involuntarios, reacciones a estímulos que percibimos del ambiente de modo subjetivo.

          Son procesos cognitivos y neuroquímicos que provocan cambios orgánicos como sudoración, alteraciones respiratorias y/o sanguíneas, cambios faciales, etc. Afectan al modo de relacionarnos con nosotros mismos y con los demás. Según la emoción percibida, sentimos deseo de acercarnos o alejarnos del estímulo. Son mensajes del organismo que cumplen una función adaptativa.

         La emoción es la energía que mueve el mundo. Las emociones son un ingrediente básico de los propios procesos cognitivo. Son las bases de los sentimientos. La emoción es esa energía codificada en la actividad de ciertos circuitos del cerebro que nos mantiene vivos. (Mora, F. 2019.p 69)

         Las emociones son patrones de conducta preconscientes que se desencadenan de manera impulsiva ante cualquier situación que requiera una respuesta rápida e inmediata. (Bueno, D. 2021. p 2021)

            Una emoción se activa a partir de un acontecimiento. Puede ser un evento externo o interno. Un pensamiento, un recuerdo, una reflexión, un dolor físico en alguna parte del cuerpo, y muchos otros fenómenos internos pueden activar emociones.

         Los cinco elementos clave de una emoción: valoración, respuesta neurofisiológica, comportamental y cognitiva y predisposición de la acción.

(Bisquerra, R. 2022. p 21)


Conclusión (Texto literal de César Bona)

La educación, en casa o en la escuela, es tan difícil, porque no hay dos niños iguales. Como dijo M. Buber “Toda persona que nace representa algo nuevo, algo que nunca ha existido antes, algo original y único”.

Tu hijo, tu hija no serán mejores por superar a otros niños. Serán mejores cuando sepan interpretar el mundo donde viven y descubran que van a tener que interactuar con muchas personas diferentes, como ellos, y que cada palabra o cada acto van a influir en esas personas, como ellos, y que cada palabra o cada acto van a influir en esas personas.

Que un ser humano es grande cuando sabe relacionarse con los demás y usa su conocimiento para mejorar el lugar donde vive. Un ser humano crece cuando entiende la riqueza que proporciona convivir con personas diferentes a uno mismo. Conviene recordar qué valores transmitimos en casa, si llevan consigo algunos prejuicios o si, en cambio, les proporcionan la posibilidad de vivir con respeto.

Que la escuela no es una burbuja, sino el lugar donde también se puede aprender a vivir en sociedad y es el lugar perfecto para ayudar a las familias a educar a sus hijas, a sus hijos.

Como ves, la tarea tan maravillosa de educar cobra sentido si logras conectar con la emoción de aprender, al final, con todo lo complejo que puede parecer la educación, se resume en algo más propio de niños y niñas que de adultos, en dibujar: dibujar, dibujarles puertas que ellos, algún día, abrirán. 

En este momento estamos en condiciones de analizar el último capítulo del libro. " Soy Latifa y soy de la Cañada".


30 comentarios:

Verónica Alfaro dijo...

"Soy Lafita, y soy de la Cañada" es un relato que narra la experiencia de un niño llamado Lafita, quien vive en un barrio marginado y enfrenta dificultades sociales y económicas. A través de sus vivencias, el autor destaca la importancia de la educación inclusiva y la atención a las necesidades emocionales de los estudiantes. Lafita encuentra apoyo en su maestra, quien le brinda comprensión y le ayuda a desarrollar su autoestima y habilidades emocionales. La historia resalta cómo la educación puede ser un factor clave en la superación de las barreras sociales y en el desarrollo integral de los niños.
En conclusión, "Soy Lafita, y soy de la Cañada" resalta la importancia de una educación inclusiva que atienda las necesidades emocionales de todos los estudiantes, independientemente de su entorno socioeconómico. Destaca el papel crucial de los maestros en el apoyo y la orientación emocional de los niños para que puedan alcanzar su máximo potencial.
Este relato nos invita a reflexionar sobre la importancia de crear entornos educativos que fomenten la inclusión y el desarrollo emocional de los estudiantes, reconociendo que cada niño tiene un potencial único que debe ser cultivado.
En mi opinión personal, "Soy Lafita, y soy de la Cañada" es una historia conmovedora que resalta la importancia de la empatía y la atención a las necesidades emocionales en el ámbito educativo. Es un recordatorio poderoso de que la educación va más allá de la transmisión de conocimientos académicos y que, a través de un enfoque inclusivo y sensible, podemos impactar positivamente en la vida de los estudiantes más vulnerables.

LOURDES dijo...

Una vez leído “Soy Lafita, y soy de la Cañada”, me gustaría empezar por una frase que, al leerla, me marcó muchísimo, esta es: "recorría cuatro kilómetros por zonas embarradas, por lo que tenía que llevar dos calzados: uno para ir y otro para estar en el instituto, y luego en la universidad. Tardaba dos o tres horas cada día, lloviera, hiciera calor o nevara".
Esta frase me hizo reflexionar y darme cuenta de la suerte que tenemos nosotros teniendo al alcance una educación tan buena como la que estamos recibiendo. El problema es que nuestra sociedad no lo valoramos ya que, lo vemos como algo común y cotidiano, pero al leer este tipo de situaciones y vivencias, nos damos cuenta de que hay que valorar las cosas que por suerte tenemos como es el valor que tiene la educación y que la gran mayoría de las veces pasa desapercibido.

Carmen Morcillo dijo...

En clase se ha dedicado un pequeño tiempo a leer un capítulo del libro de Cesar Bona, Educar es aprender, en concreto se ha tratado el capítulo de Soy Latifa y soy de la Cañada. Nos cuenta las circunstancias adversas que ella tenía para poder asistir a la escuela por vivir en la Cañada. Tenía que recorrer 4 kilómetros para ir a la escuela por un camino embarrado por lo que no presenta las mismas condiciones que tenemos nosotros hoy en día, además tenía que llevar dos calzados, uno para el camino y otro para la escuela ya que por el camino manchaba sus zapatos y le daba vergüenza reconocer que era de la Cañada. Latifa continuó creciendo y a pesar de las circunstancias esta seguía queriendo obtener una educación para poder ser lo que ella quisiera en un futuro, para ello debía ir a la universidad, esta tenía que ir a pesar del tiempo que le conllevaba y de las condiciones meteorológicas adversas (lluvia, viento, nieve…). A pesar de que Latifa vivía todo este tipo de circunstancias es Licenciada en Humanidades, tiene un máster en Comunicación Intercultural y habla tres idiomas y medio. Por lo que esta historia es un caso de superación y de esfuerzo la cual nos tiene que hacer reflexionar como futuros docentes, ya que todo el alumnado debe tener derecho a una educación digna independientemente de su procedencia. Además, actualmente se le debe dar una oportunidad a todo el alumnado para que pueda tener estudios y en muchas ocasiones se le debe de proporcionar las herramientas necesarias para obtener esa educación.

Luisa María Núñez dijo...

La lectura de este capítulo ha implicado conocer la realidad que se esconde detrás de muchas historias desgraciadamente. La vida de Latifa nos muestra como nuestra sociedad sigue rechazando la diversidad, considerándola un aspecto negativo y plenamente condicionante en tu vida, especialmente en el ámbito académico.
Como futuros docentes, nuestro papel es colaborar a que todas las personas independientemente de sus cualidades, características y condiciones se sientan igual de valoradas y respetadas en la escuela. Debemos asegurarnos de proporcionar igualdad de oportunidades a todo nuestro alumnado, haciendo de la escuela un lugar seguro que sirva de refugio y fuente de felicidad para aquellas personas cuyos ámbitos personales se encuentren más perturbados.
Hacer ver a todas las personas que son comprendidas, escuchadas y valoradas puede marcar un antes y después en sus vidas, ambiciones y enfoques personales. Al igual que dice Rita Pierson (2013), todos los niños necesitan un adulto que confíe en ellos y que le haga creer que, independientemente de cómo sea y dónde venga, podrá llegar a ser la mejor versión de sí mismo.
Todo el mundo merece ser escuchado, apreciado, y tener un lugar en la educación.
Att: Luisa Núñez.

Gema Leal dijo...

Soy Gema Leal, y pienso que el capítulo leído en clase del libro “La emoción de aprender” de César Bona, me hizo reflexionar acerca de los prejuicios que se tienen por simplemente pertenecer a un barrio conflictivo como lo es la Cañada Real. La historia de Latifa es un gran ejemplo de superación y constancia, dado que a pesar de todas las dificultades que se presentaron en su camino, luchó por sus derechos y valores hasta conseguir su sueño, que era seguir adelante con los estudios. Hoy en día es licenciada en Humanidades pero, para llegar hasta ahí, tuvo que mentir sobre su vida por miedo a ser rechazada y excluida tanto por profesores como por compañeros y, desplazarse andando, tanto para ir como para volver, cada día al colegio.

Por ello, considero que como futura docente, no se puede juzgar a ningún alumno/a por vivir, proceder o pertenecer a un barrio conflictivo, ya que en la Cañada habrá niños y niñas que realmente quieran estudiar y tener un futuro, dado que tienen ese derecho como el resto de personas, por lo que en vez de ponerles obstáculos, se les debería de ofrecer ayudas. Además, este libro es un gran ejemplo de diversidad, por lo que se debe tener en cuenta para conseguir y alcanzar una sociedad más igualitaria y basada en el respeto.

Lorena dijo...

Soy Lorena Martínez. Tras conocer el libro “La emoción de aprender” de César Bona y leer en concreto su capítulo titulado “Soy Lafita, y soy de la Cañada” he reflexionado y valorado todavía más la importancia que tiene y tendrá siempre en mi vida, todo mi pasado, mis raíces, mis progenitores, mi educación, mi localidad, etc porque gracias a todo ello y, como bien dice Latifa al terminar su historia “Yo soy todo lo que me ha pasado, soy el lugar donde he vivido, soy la gente que he conocido”.
Bajo mi punto de vista, me ha parecido una historia totalmente acertada y seguro con la que muchos adolescentes se identifican y aprecian como una experiencia de superación e inspiración para afrontar algunos momentos en los que todos nos sentimos más vulnerables, inferiores a los demás… Aspectos que nunca deberíamos sentir porque todos somos iguales independientemente de dónde procedamos, pero al mismo tiempo está bien ser… diferentes.

Por ello nunca debemos dejar que profesores nos pisoteen o nos menosprecien, que compañeros nos juzguen y critiquen e incluso, que nosotros mismos nos mintamos, nos creamos peores estudiantes y personas que el resto, nos hagamos daño ocultando nuestra vida y hagamos creer a los demás que es idílica cuando no lo es y, todas requieren de mucho esfuerzo, constancia y por supuesto, de superación.

Mónica Lozano dijo...

El libro de “La emoción de aprender” de César Bona comparte un conjunto de conmovedoras historias que revuelan una verdadera reflexión sobre la educación. Ya que al fin y al cabo, cada niño es único y cada uno tienen una nueva perspectiva que ofrecer al mundo académico; haciendo especial relevancia a la adaptación de métodos educativos para realmente atender a las necesidades individuales de cada estudiante.
Y con esto no me quiero referir únicamente a la vía de conocimientos académicos, sino al desarrollo y fomento de habilidades sociales y emocionales, para cultivar habilidades sociales y emocionales que les permitan interactuar positivamente con el mundo que les rodea. Cada individuo posee atributos dignos de reconocimiento y valoración, en lugar de generar imperfecciones para emitir juicios.
Pues gracias a las historias que ofrece César Bona, podemos llegar a intimar con las diferentes perspectivas y vivencias de otros niños, junto con las experiencias educativas. Un conjunto de historias que invitan al replanteamiento y a la lucha por la inclusión, la igualdad de oportunidades y el apoyo emocional tanto de las familias como de los docentes.
A modo resumen, este libro ofrece nuevas perspectivas conmovedoras y reflexivas de las que aprender para recordar que la educación trasciende las fronteras del aula, lo cual, implica un compromiso de colectivo de la sociedad para promover el bienestar social. Sin dejar de lado, la relevancia de establecer conexiones significativas y proporcionar un entorno enriquecedor para todos, por parte de los docentes como un crecimiento personal hacia los alumnos.

Cristina Rabadán Picazo dijo...

Hola, Soy Cristina Rabadán Picazo, alumna de la asignatura de Tratamiento Educativo de la Necesidades Procedentes de la Diversidad Cultural de la mención en Pedagogía Terapeútica en 3º de Educación Primaria y voy a realizar una opinión acerca del libro y lo que leímos el pasado martes en clase.


Creo que la identificación con nuestras raíces y comunidad es esencial para construir una identidad sólida y para cultivar relaciones significativas en nuestra vida. Reconocer y valorar de dónde venimos nos ayuda a entender quiénes somos y a apreciar nuestras experiencias y relaciones de manera más profunda.

Lafita muestra un fuerte vínculo emocional y de pertenencia con su comunidad al identificarse con ella de manera tan directa.

Este tipo de afirmaciones breves pueden ser poderosas al transmitir un sentido de identidad y pertenencia que son fundamentales para el desarrollo personal y emocional.

Anónimo dijo...

OLGA MARTÍNEZ JAREÑO.

Latifa es una chica que comparte su vida dividida entre dos realidades: la Cañada, su hogar marcado por la dificultad, y la escuela, donde encuentra un respiro y la oportunidad de aspirar a una vida mejor. Aunque su experiencia escolar no se destaca por el aprendizaje académico, encuentra en la escuela un lugar de amistad y alegría, contrastando con las dificultades en casa, donde creció junto a sus cuatro hermanos en una familia luchadora. Su padre, a pesar de una vida difícil, siempre alentó su educación, animándola a encontrar un trabajo y brindándole oportunidades. Sin embargo, oculta su verdadero hogar a sus compañeros de clase, sintiendo vergüenza de su origen humilde.

Por otro lado, la competitividad con su hermano mayor y la presión por mantener una reputación intachable en la escuela marcan su experiencia educativa. A pesar de las dificultades, se esfuerza por destacar en sus estudios y obtener buenas notas, incluso cuando su hermano repite curso y comparten aula. Sin embargo, siente la necesidad de mantener una fachada de perfección, temiendo decepcionar a su familia y a sí misma.

A medida que crece, enfrenta desafíos adicionales, como la falta de transporte escolar, lo que la lleva a protestar y faltar a clases como forma de rebelión. A pesar de estos obstáculos, persevera en su educación, trabajando duro para graduarse de la universidad y buscar oportunidades para ayudar a otros en situaciones similares. Su historia destaca la importancia de la empatía y el apoyo para aquellos que enfrentan adversidades, así como su lucha por superar las expectativas y alcanzar sus sueños a pesar de las circunstancias desfavorables.

La historia de Latifa es profundamente conmovedora ya que ofrece una perspectiva única sobre las experiencias de aquellos que enfrentan desafíos socioeconómicos y culturales en su búsqueda de educación y oportunidades. Su relato refleja la lucha contra la vergüenza y los prejuicios, así como la importancia del apoyo y la determinación para superar obstáculos.

Latifa muestra una notable resiliencia al enfrentar la adversidad desde una edad temprana. A pesar de las dificultades en su hogar y las limitaciones en su entorno escolar, persiste en su búsqueda de educación y crecimiento personal.

Además, Latifa destaca la importancia del apoyo de la comunidad y la empatía de aquellos que la rodean. A lo largo de su historia, hay personas que le brindan ayuda y comprensión, desde maestros comprensivos hasta amigos solidarios. Estos momentos de apoyo son cruciales para su progreso y demuestran cómo la solidaridad y la compasión pueden marcar la diferencia en la vida de quienes enfrentan desafíos.

En última instancia, la historia de Latifa es un testimonio inspirador de la capacidad humana para superar las dificultades y perseguir los sueños, incluso en circunstancias adversas. Su determinación y compasión son un recordatorio poderoso de la importancia de la esperanza y el apoyo mutuo en la construcción de un mundo más justo y equitativo.

Anónimo dijo...

OLGA MARTÍNEZ JAREÑO.

Latifa es una chica que comparte su vida dividida entre dos realidades: la Cañada, su hogar marcado por la dificultad, y la escuela, donde encuentra un respiro y la oportunidad de aspirar a una vida mejor. Aunque su experiencia escolar no se destaca por el aprendizaje académico, encuentra en la escuela un lugar de amistad y alegría, contrastando con las dificultades en casa, donde creció junto a sus cuatro hermanos en una familia luchadora. Su padre, a pesar de una vida difícil, siempre alentó su educación, animándola a encontrar un trabajo y brindándole oportunidades. Sin embargo, oculta su verdadero hogar a sus compañeros de clase, sintiendo vergüenza de su origen humilde.

Por otro lado, la competitividad con su hermano mayor y la presión por mantener una reputación intachable en la escuela marcan su experiencia educativa. A pesar de las dificultades, se esfuerza por destacar en sus estudios y obtener buenas notas, incluso cuando su hermano repite curso y comparten aula. Sin embargo, siente la necesidad de mantener una fachada de perfección, temiendo decepcionar a su familia y a sí misma.

A medida que crece, enfrenta desafíos adicionales, como la falta de transporte escolar, lo que la lleva a protestar y faltar a clases como forma de rebelión. A pesar de estos obstáculos, persevera en su educación, trabajando duro para graduarse de la universidad y buscar oportunidades para ayudar a otros en situaciones similares. Su historia destaca la importancia de la empatía y el apoyo para aquellos que enfrentan adversidades, así como su lucha por superar las expectativas y alcanzar sus sueños a pesar de las circunstancias desfavorables.

La historia de Latifa es profundamente conmovedora ya que ofrece una perspectiva única sobre las experiencias de aquellos que enfrentan desafíos socioeconómicos y culturales en su búsqueda de educación y oportunidades. Su relato refleja la lucha contra la vergüenza y los prejuicios, así como la importancia del apoyo y la determinación para superar obstáculos.

Latifa muestra una notable resiliencia al enfrentar la adversidad desde una edad temprana. A pesar de las dificultades en su hogar y las limitaciones en su entorno escolar, persiste en su búsqueda de educación y crecimiento personal.

Además, Latifa destaca la importancia del apoyo de la comunidad y la empatía de aquellos que la rodean. A lo largo de su historia, hay personas que le brindan ayuda y comprensión, desde maestros comprensivos hasta amigos solidarios. Estos momentos de apoyo son cruciales para su progreso y demuestran cómo la solidaridad y la compasión pueden marcar la diferencia en la vida de quienes enfrentan desafíos.

En última instancia, la historia de Latifa es un testimonio inspirador de la capacidad humana para superar las dificultades y perseguir los sueños, incluso en circunstancias adversas. Su determinación y compasión son un recordatorio poderoso de la importancia de la esperanza y el apoyo mutuo en la construcción de un mundo más justo y equitativo.

Carmen Vivancos Alfaro dijo...

Este relato tan conmovedor nos muestra la lucha y sobre todo la resiliencia de Latifa, una joven que ha superado múltiples obstáculos para alcanzar sus objetivos educativos. Su determinación, a pesar de todos los obstáculos y limitaciones que se ha encontrado en el camino, es una historia verdaderamente inspiradora.

Latifa nos cuenta su infancia marcada por la dualidad entre su vida en la Cañada y su vida escolar, hasta su éxito académico y su compromiso y dedicación a la hora de ayudar a los demás. Su historia destaca la importancia de la educación como una herramienta para el cambio y el progreso social.

La reflexión que plantea sobre cómo abordar la educación de los niños/as que viven en contextos de vulnerabilidad es fundamental. La protagonista en todo momento nos invita a cuestionar incluso nuestros propios prejuicios y trabajar hacia una educación más inclusiva y equitativa.

En mi opinión, Latifa es un ejemplo de dedicación, ganas, fuerza y generosidad. Su historia nos ayuda a recordar la importancia de ser constantes y no olvidar lo que queremos a pesar de las dificultades y de luchar por un futuro mejor, tanto para uno mismo como para en un futuro ayudar a los demás.

Carmen Vivancos Alfaro

Mercedes María Molina Serrano dijo...

"La emoción de aprender" de César Bona es una obra que destaca por su enfoque inclusivo y humano en el ámbito educativo. Bona nos sumerge en un viaje emocionante donde la inclusión es el eje central, mostrándonos cómo cada estudiante, sin importar sus diferencias, puede encontrar su lugar en el proceso de aprendizaje.

El autor nos invita a reflexionar sobre la importancia de crear un entorno educativo que celebre la diversidad y promueva la inclusión en todas sus formas. Desde el respeto a las distintas capacidades y habilidades de los estudiantes hasta el fomento de un clima de aceptación y apoyo mutuo, Bona nos muestra que la inclusión va más allá de la simple presencia física en el aula; se trata de un compromiso profundo con el bienestar y el desarrollo integral de cada individuo.

En el caso del último capítulo “Soy Lafita, y soy de la Cañada”, podemos apreciar la resiliencia y la determinación que muestra Lafita para lograr un futuro mejor. Aunque al principio se muestra reacia a decir el lugar de donde procede, sabe que todo lo que ha pasado; es decir, las dificultades y los desafíos a los que ha tenido que hacer frente le han convertido en la persona que es hoy en día. Siendo ya una persona adulta, no se avergüenza de su procedencia, está orgullosa de todo lo que ha logrado. Por lo tanto, apreciamos que el poder de una buena educación inclusiva es esencial para lograr que millones de niños alcancen un desarrollo pleno.

Al destacar la importancia de escuchar y entender las emociones de los estudiantes, así como de adaptar las metodologías y recursos educativos para satisfacer sus necesidades individuales, "La emoción de aprender" nos inspira a construir un mundo educativo más inclusivo y equitativo. El libro nos recuerda que el verdadero éxito de la educación radica en el crecimiento personal y académico de cada estudiante, independientemente de su origen, género, orientación sexual o capacidad, y nos desafía a trabajar juntos para hacer de esta visión una realidad en nuestras escuelas y comunidades.

Laura dijo...

Soy Laura Cuartero, una vez leído el artículo de Soy Latifa, y soy de la Cañada me gustaría realizar un resumen de este.

Latifa, vivía en un lugar poco favorecido y su única vía de escape era el colegio. Ella se avergonzaba del lugar en el que vivía, por eso ocultaba a todos sus amigos su "vida de verdad". A pesar de todo esto ella quería superarse a sí misma y mostrarle al mundo que aunque perteneciera a otro país y viviera en la Cañada podía conseguir cualquier objetivo que se propusiera. Durante todo este tiempo Latifa, se ha dado cuenta que existen muchos prejuicios en la sociedad por ser mujer y musulmana. Finalmente, Latifa ha conseguido sacarse una carrera, con mucho esfuerzo y sacrificio.

Una pequeña conclusión que saco de este artículo es que esta historia muestra como una persona con muy pocas oportunidades en la vida, en la educación, etcétera. Ha conseguido con esfuerzo y sacrificio sacarse una carrera. Es un gran ejemplo de Resilencia.

En cuanto a la valoración; con este artículo se intenta dar visibilidad a la importancia de la educación en la sociedad, ya que se observa que en muchos contextos es una vía de escape para personas que no atraviesan una buena situación. Es necesario resaltar, la empatía y la bondad que tienen muchas personas cuando ven este tipo de situaciones a su alrededor.

En mi opinión la historia de Latifa me recuerda a la desigualdad de oportunidades que hay en la sociedad actual, existen muchos prejuicios por pertenecer a otra cultura, país, etcétera. Hoy en día todo esto tiene que terminar para que exista una sociedad inclusiva.

Natalia Jiménez dijo...

Soy Natalia Jiménez, y considero que el relato leído en clase “Soy Latifa, y soy de la Cañada” del libro de César Bona muestra una realidad que a nosotros nos puede parecer algo lejana pero que sin duda nos hace reflexionar sobre la suerte que tenemos por todas las facilidades de las que disponemos y nos ayuda a valorar nuestro entorno, nuestra familia y nuestras oportunidades.

En el relato, Latifa narra momentos de su infancia y su adolescencia, en los que explica que nunca (hasta finales de sus estudios) dijo a sus compañeros de dónde procedía. También cuenta el “sufrimiento” de esos años en aspectos como su pelo (soportaba burlas por parte de sus compañeros si lo llevaba recogido y su madre le impedía llevarlo suelto), la competitividad que tenía con su hermano, la falta de vida social por vivir en la Cañada, los prejuicios que gente (incluso profesores) tenían hacia ella por ser mujer y árabe, o el duro camino que tenía que recorrer día tras día para asistir al instituto y a la universidad.

Especialmente los dos últimos aspectos son los que más me han hecho reflexionar, ya que el hecho de que la orientadora del centro únicamente le recomendara el camino de las FP sin mencionar nada sobre la universidad, o que su profesora le preguntase que cómo era que todavía no se había casado siendo mujer y árabe, hacen pensar sobre la multitud de estereotipos y prejuicios que existen en la sociedad y el daño que pueden hacer a una persona o incluso la repercusión que pueden llegar a tener en ella.

También el hecho de que Latifa tuviese que andar cada día durante dos o tres horas para llegas al instituto o a la universidad, además, por zonas embarradas y sin importar la climatología, hacen que valoremos todas las facilidades que nosotros tenemos.

Finalmente, Latifa explica lo lejos que ha llegado a pesar de las dificultades que tuvo en su infancia y adolescencia, y sobre todo, cómo ayuda a las personas en situaciones como las que ella vivió, porque explica que en La Cañada, la educación no suele verse como una herramienta capaz de mejorar la vida, pero que se debe motivar a los alumnos para que, a pesar de las adversidades, luchen por ello y puedan adquirir herramientas afectivas y sociales.

Considero que este relato muestra la importancia de la lucha a la adversidad y de la perseverancia, y nos hace valorar mucho más todo lo que tenemos.

SILVIA SALVADOR ROLDAN dijo...

En el libro del autor César Bona: “La emoción de aprender”, encontramos un capítulo que habla sobre la historia de Latifa.
Latifa ya es una mujer adulta, actualmente licenciada en Humanidades, con un desarrollo académico exitoso, que ha tenido que superar infinidad de adversidades para formarse y lograr una formación escolar y universitaria plena. Estas dificultades se deben a que vive o vivía en La Cañada, una zona de Madrid que colinda entre Coslada-Getafe y la zona periférica de Madrid centro asentado en vías pecuarias y que destaca por su falta de salubridad y servicios entre otras cosas.
Latifa cuenta que debido a que vivía y pertenecía a un entorno económico y social empobrecido y sumado a los prejuicios que la sociedad tiene al pertenecer a una minoría étnica, no tuvo el apoyo suficiente para poder asistir al instituto en transporte público como cualquier otro estudiante, por ejemplo, tenía que recorrer a pie casi 4 kilómetros, pasando por lugares casi intransitables. Tampoco la asesoraban desde el centro para seguir con una formación universitaria, pues se presuponía que dejaría los estudios o haría una formación profesional.
Sin embargo, a pesar de todas las adversidades que encontró, pudo superarlas gracias a su tenacidad y constancia. Ahora ella quiere ser el camino facilitador para otras personas que puedan estar en su misma situación.

Como aportación personal, no he podido evitar emocionarme al leer el relato de esta mujer tan valiente que ha sido capaz, contra todo pronóstico, de superar las barreras socioecónomicas que tristemente existen en nuestra sociedad. Con qué emoción y sensibilidad, cuenta cómo no se dio por vencida ante derechos tan básicos (que personas que viven en cualquier barrio damos por supuesto) como tener un medio de transporte para poder acudir al instituto, injusticias que le dolían y que creemos ya superadas.
Latifa ha conseguido salir de un entorno empobrecido gracias a la cultura, a la formación, a la educación. Nuestro principal objetivo como maestros y maestras es hacer llegar a nuestros alumnos el mensaje de que tienen este derecho y esta posibilidad de aspirar a un futuro mejor, y que para ello, tienen que abrazar la formación. Nosotros, tenemos la misión de ser facilitadores de este Sistema Educativo, de enseñarles haciendo el currículo accesible para ellos y ofreciéndoles todas las herramientas y habilidades posibles para su desarrollo y evolución en la sociedad.

SILVIA SALVADOR ROLDAN dijo...

Buenos días, soy. SILVIA SALVADOR ROLDAN.
En el libro del autor César Bona: “La emoción de aprender”, encontramos un capítulo que habla sobre la historia de Latifa.
Latifa ya es una mujer adulta, actualmente licenciada en Humanidades, con un desarrollo académico exitoso, que ha tenido que superar infinidad de adversidades para formarse y lograr una formación escolar y universitaria plena. Estas dificultades se deben a que vive o vivía en La Cañada, una zona de Madrid que colinda entre Coslada-Getafe y la zona periférica de Madrid centro asentado en vías pecuarias y que destaca por su falta de salubridad y servicios entre otras cosas.
Latifa cuenta que debido a que vivía y pertenecía a un entorno económico y social empobrecido y sumado a los prejuicios que la sociedad tiene al pertenecer a una minoría étnica, no tuvo el apoyo suficiente para poder asistir al instituto en transporte público como cualquier otro estudiante, por ejemplo, tenía que recorrer a pie casi 4 kilómetros, pasando por lugares casi intransitables. Tampoco la asesoraban desde el centro para seguir con una formación universitaria, pues se presuponía que dejaría los estudios o haría una formación profesional.
Sin embargo, a pesar de todas las adversidades que encontró, pudo superarlas gracias a su tenacidad y constancia. Ahora ella quiere ser el camino facilitador para otras personas que puedan estar en su misma situación.

Como aportación personal, no he podido evitar emocionarme al leer el relato de esta mujer tan valiente que ha sido capaz, contra todo pronóstico, de superar las barreras socioecónomicas que tristemente existen en nuestra sociedad. Con qué emoción y sensibilidad, cuenta cómo no se dio por vencida ante derechos tan básicos (que personas que viven en cualquier barrio damos por supuesto) como tener un medio de transporte para poder acudir al instituto, injusticias que le dolían y que creemos ya superadas.
Latifa ha conseguido salir de un entorno empobrecido gracias a la cultura, a la formación, a la educación. Nuestro principal objetivo como maestros y maestras es hacer llegar a nuestros alumnos el mensaje de que tienen este derecho y esta posibilidad de aspirar a un futuro mejor, y que para ello, tienen que abrazar la formación. Nosotros, tenemos la misión de ser facilitadores de este Sistema Educativo, de enseñarles haciendo el currículo accesible para ellos y ofreciéndoles todas las herramientas y habilidades posibles para su desarrollo y evolución en la sociedad.

FRESITAITAITA3 dijo...

En el libro del autor César Bona: “La emoción de aprender”, encontramos un capítulo que habla sobre la historia de Latifa.
Latifa ya es una mujer adulta, actualmente licenciada en Humanidades, con un desarrollo académico exitoso, que ha tenido que superar infinidad de adversidades para formarse y lograr una formación escolar y universitaria plena. Estas dificultades se deben a que vive o vivía en La Cañada, una zona de Madrid que colinda entre Coslada-Getafe y la zona periférica de Madrid centro asentado en vías pecuarias y que destaca por su falta de salubridad y servicios entre otras cosas.
Latifa cuenta que debido a que vivía y pertenecía a un entorno económico y social empobrecido y sumado a los prejuicios que la sociedad tiene al pertenecer a una minoría étnica, no tuvo el apoyo suficiente para poder asistir al instituto en transporte público como cualquier otro estudiante, por ejemplo, tenía que recorrer a pie casi 4 kilómetros, pasando por lugares casi intransitables. Tampoco la asesoraban desde el centro para seguir con una formación universitaria, pues se presuponía que dejaría los estudios o haría una formación profesional.
Sin embargo, a pesar de todas las adversidades que encontró, pudo superarlas gracias a su tenacidad y constancia. Ahora ella quiere ser el camino facilitador para otras personas que puedan estar en su misma situación.

Como aportación personal, no he podido evitar emocionarme al leer el relato de esta mujer tan valiente que ha sido capaz, contra todo pronóstico, de superar las barreras socioecónomicas que tristemente existen en nuestra sociedad. Con qué emoción y sensibilidad, cuenta cómo no se dio por vencida ante derechos tan básicos (que personas que viven en cualquier barrio damos por supuesto) como tener un medio de transporte para poder acudir al instituto, injusticias que le dolían y que creemos ya superadas.
Latifa ha conseguido salir de un entorno empobrecido gracias a la cultura, a la formación, a la educación. Nuestro principal objetivo como maestros y maestras es hacer llegar a nuestros alumnos el mensaje de que tienen este derecho y esta posibilidad de aspirar a un futuro mejor, y que para ello, tienen que abrazar la formación. Nosotros, tenemos la misión de ser facilitadores de este Sistema Educativo, de enseñarles haciendo el currículo accesible para ellos y ofreciéndoles todas las herramientas y habilidades posibles para su desarrollo y evolución en la sociedad.

Aurora dijo...

Soy Aurora Escudero Sánchez. Una vez leído el capítulo de "Soy Latifa, y soy de la Cañada" me gustaría comentar lo importante que es tener acceso a una educación de calidad, donde aparte de contenidos teóricos, se aprenda a mejorar como persona, tanto desde una perspectiva social como personal. La historia de Latifa nos muestra cómo a día de hoy siguen existiendo desigualdades sociales y cómo la mayoría de las veces, vivimos ajenas a ellas.
Podemos considerarnos personas afortunadas al tener acceso a una educación de calidad, a una vivienda digna y a vivir en condiciones favorables. En el caso de Latifa, tenía que caminar durante horas para poder ir al colegio. Además, cabe destacar como Latifa, gracias a su capacidad de superación, confianza en sí misma y perseverancia, ha conseguido obtener su carrera. Este tipo de historias, nos recuerda lo importante que es valorar lo que tenemos y luchar por lo que queremos.
Como futuros docentes, tenemos que promover una educación inclusiva, donde todos los niños y niñas puedan ser aceptados sin discriminación. Además, tenemos que fomentar la educación en valores para hacer de la sociedad del mañana una sociedad mejor.

Sara Flores dijo...

Soy Sara Flores.

El relato de Latifa es una conmovedora historia real que nos adentra en las complejidades de una chica de un barrio humilde. Latifa nos cuenta las complejidades de su vida y su lucha por superar las adversidades. A través de su historia, podemos ver como Latifa siente una dualidad sobre su existencia, entre el colegio y su hogar en la Cañada, entre la educación y la realidad de su entorno.

Latifa expone las tensiones y los desafíos a los que se ha tenido que enfrentar en su vida académica. En un principio siente vergüenza por su origen humilde y siente la presión de destacar en el colegio. Su relato, además, muestra una lucha constante por encontrar su lugar en un mundo que muchas veces parecía ajeno a su realidad.
Lo que más destaco de la historia es la determinación de Latifa para reinventarse y trascender las limitaciones impuestas por su entorno. A pesar de las dificultades, encuentra la fuerza para perseguir sus sueños y llegar a la universidad, desafiando las expectativas y los estereotipos que la rodean.

La narrativa de Latifa también resalta la importancia de la familia y el apoyo mutuo en tiempos difíciles. A pesar de las diferencias y los desafíos, Latifa encuentra consuelo y fortaleza en el amor y en el cuidado de sus seres queridos, especialmente en su relación con su hermano mayor. Este relato me ha parecido una conmovedora historia de perseverancia, resiliencia y autoestima.

Hilario Simón dijo...

Soy Hilario Simón y tras haber leído el texto "Soy Latifa y soy de la Cañada" he creado mi propia opinión y valoración acerca del tema de la educación y la migración.

"Soy Latifa y soy de la Cañada" es una obra que destaca por su capacidad para dar voz a experiencias marginadas y ofrecer una mirada auténtica a la vida en comunidades periféricas. A través de la historia de Latifa, la obra nos sumerge en un mundo de luchas, esperanzas y resistencia. Sus palabras son capaces de sensibilizar y emocionar sobre su perspectiva de la vida y nos invita a reflexionar sobre temas como la identidad, la discriminación y la búsqueda de un lugar en el mundo.

Lo más notable de esta obra es su capacidad para humanizar realidades que a menudo son estereotipadas o ignoradas. Latifa se convierte en un símbolo de fuerza y dignidad, así como de superación y resiliencia, pues enfrenta desafíos sociales y económicos significativos, superándolos con creces. Su historia nos recuerda la importancia de escuchar y valorar las voces de aquellos que están en los márgenes de la sociedad.

Bajo mi punto de vista, este relato es una obra poderosa y conmovedora que nos invita a reflexionar sobre la diversidad, la inclusión y la dignidad humana. Es una contribución valiosa y agradezco haberlo leído por su relevancia social y su calidad didáctica.

María Gómez López dijo...

María Gómez López
La historia de Latifa es un testimonio profundamente conmovedor sobre los desafíos y triunfos de una joven que ha vivido entre dos mundos “diferentes”: su entorno educativo y su vida en la Cañada. A través de sus experiencias, se destaca la importancia crucial de la inclusión y el apoyo educativo adaptado a las necesidades de todos los estudiantes, sin importar su origen.

Resumen: Latifa nos narra cómo, a pesar de las dificultades de su contexto socioeconómico en la Cañada, ha logrado avanzar en su educación y desarrollo personal. Desde enfrentarse a estigmas y limitaciones en su vida cotidiana hasta lidiar con las expectativas y prejuicios de los demás sobre su capacidad y futuro, Latifa demuestra una notable resiliencia y determinación. Su relato también subraya el papel significativo que juegan los educadores y voluntarios, como los de Cáritas, en facilitar y fomentar un entorno inclusivo que permite a los jóvenes superar barreras y alcanzar su potencial.

Conclusión: La historia de Latifa ilustra cómo el acceso a una educación inclusiva y el apoyo comunitario puede cambiar la vida de una persona. A pesar de las adversidades, Latifa ha utilizado su educación como una herramienta de empoderamiento y cambio, lo que le ha permitido aspirar y lograr metas que van más allá de las circunstancias de su entorno.

Valoración personal: La inclusión en el ámbito educativo es fundamental para asegurar que todos los niños y jóvenes, independientemente de su origen socioeconómico o cultural, tengan la oportunidad de desarrollarse y contribuir a la sociedad de manera significativa. La historia de Latifa resalta la necesidad de prácticas educativas que no solo reconozcan la diversidad de los estudiantes, sino que activamente faciliten su integración y éxito. Esto no solo beneficia a los individuos, sino que también enriquece y fortalece a toda la comunidad al promover la igualdad de oportunidades y la comprensión mutua.

Anónimo dijo...

Soy María Isabel de la Cruz, “Soy Lafita, y soy de la Cañada" es un capítulo muy importante para entender muchas de las cosas que nos rodean en nuestro día a día y el cual es relevante conocer para saber cómo construir un buen ambiente sobre todo ámbitos como la escuela. En este capítulo se cuenta parte de la vida de Lafita, la cual ha vivido desde pequeña en un barrio conflictivo y marginado.

Hay dos aspectos muy claves en esta historia que hay que tener en cuenta:

Por un lado, sirve como ejemplo de superación hacia uno mismo ya que se ve claramente como a pesar de su situación y de todas sus vivencias, nada le impidió conseguir lo que quería. Logrando así tener un máster y hablar más de dos idiomas. Lo que demuestra uno de los principales consejos y aspectos que hay que tener siempre en mente: si te propones o quieres algo firmemente y vas a por ello, lo conseguirás sin importar lo que cueste.

Por otro lado, sirve como ejemplo para darnos cuenta y reflexionar sobre la importancia que tiene lograr ser inclusivos y no rechazar a personas solo por cosas como en este caso, el lugar de donde vengas. Muchas veces, por todo esto, mucha gente se pierde el conocer a personas realmente increíbles y necesarias en nuestras vidas ya que nos aportan grandes cosas durante nuestro trayecto.

Por lo tanto, creo que, como docentes, debemos ser conscientes de la importancia y papel que tenemos a la hora de saber detectar y entender las emociones que pueden estar sintiendo nuestros alumnos e intentar ayudarles en todo lo posible, para que estos consigan uno de los factores más importantes de la vida, ser feliz.

Sofía Alonso Mendoza dijo...


Soy Sofía Alonso Mendoza. Este capítulo me ha llevado a una reflexión profunda al contar la inspiradora historia de Latifa, una niña cuya experiencia resalta la importancia de numerosos valores humanos fundamentales. A través de su experiencia, Latifa nos enseña la importancia de la empatía, su historia nos invita a ponernos en los zapatos del otro, a comprender y respetar las experiencias de cada una de las personas de nuestro alrededor.
El relato de Latifa también nos recuerda la importancia del respeto, tanto hacia uno mismo como hacia los demás, a pesar de los desafíos y adversidades que enfrenta, ella mantiene su dignidad y autoestima por encima de todo, demostrando que el respeto propio es fundamental para superar las dificultades y alcanzar nuestras metas. Por otro lado, su historia nos muestra que debemos respetar y apreciar la diversidad cultural y nos ayuda a entender que la riqueza de nuestras comunidades está en la variedad de culturas, costumbres y puntos de vista que conviven en ellas.
Otro valor clave que podemos extraer de esta lectura es el poder transformador de la educación. A lo largo de su trayectoria, Latifa encuentra en la educación una herramienta para empoderarse y superar las barreras que se interponen en su camino. Su historia nos inspira a valorar y promover una educación inclusiva y equitativa, que brinde oportunidades de aprendizaje a todas las personas, independientemente de su origen o condición.

En definitiva, esta historia nos enseña que la empatía, el respeto, la educación y la diversidad cultural son pilares fundamentales para construir sociedades más justas, inclusivas y respetuosas con la dignidad humana. Nos invita a reflexionar sobre nuestras propias actitudes y comportamientos, y a trabajar juntos para construir un mundo donde todas las personas puedan desarrollarse plenamente, sin importar sus diferencias.

Silvia Panadero dijo...

El relato de "Soy Latifa y soy de la Cañada" cuenta la historia ejemplar de una mujer de origen humilde, valiente, trabajadora, sencilla y empoderada por sí misma; se trata de Latifa, quien narra en primera persona muchos de los obstáculos a los que tuvo que hacer frente por cierta discriminación cultural, al ser de origen árabe. Las barreras con las que se encontró dificultaron su proceso de aprendizaje, y por lo tanto, su desarrollo integral como persona, tratándole de arrebatarle derechos tan importantes como el de la Educación (ya fuese obligatoria o no); un ejemplo de ello es la falta de motivación extrínseca que recibió cuando quiso realizar el bachillerato. A su vez, se ha de destacar que los inconvenientes que fueron surgiendo, eran provocados por distintos agentes partícipes en su formación, desde el profesorado y sus compañeros de clase, hasta la sociedad, su familia y en ocasiones, ella misma y su voz interior. En la mayor parte de los ejemplos que se narran, las limitaciones impuestas por los demás estaban relacionados por su raza o por la ubicación en la que residía, siendo barrios pobres y mal vistos.
Sin embargo, como se decía al comienzo se trata de una historia "ejemplar" porque pese a que no fue un camino fácil, y a las pocas ayudas que recibió, ella sola fue forjando su educación. La clave siempre estaba en afirmarse para sí misma lo que se merecía conseguir y de lo que era capaz de hacer, luchando día tras día contra las adversidades como la pérdida del servicio de autobús, o los comentarios de infravaloración hacia ella.

En conclusión, se trata de un relato con gran carga didáctica, que puede ser trabajado desde muy distintas perspectivas y otorgar una serie de enseñanzas muy diversas y profundas: por su factor motivador, de entender que el único que puede ponerte límites eres tú mismo; por su invitación a la reflexión hacia los docentes, de cara a trabajar aspectos tales como la diversidad cultural, y buscando una mayor inclusión y equidad de oportunidades; por mostrar la influencia que tienen las actitudes (comentarios, acciones, etc.) de los padres o las personas más cercanas a los niños y niñas; etc.

Por último, con respecto a mi valoración personal, he de señalar que causa una gran pena el saber que la vida de Latifa, que puede verse como un simple cuento o relato, ocurre todos los días, en todas las partes del mundo y multiplicado por montones de niños y niñas. Como futura docente, siento impotencia al saber que por desgracia aún hay centros, o contextos educativos en los que no se les otorga las mismas oportunidades; ¿Quién soy yo para decir que un niño o niña nacido en el conocido barrio de "las 600" no puede ser el futuro Amancio Ortega o la futura Margarita Salas? Todo ser humano nace con unas capacidades y habilidades para hacer unas u otras cosas, se trata de reforzarlas y hacerles sentir útiles e importantes por igual. De vez en cuando debemos pararnos a pensar en la de personas que no habrán podido trabajar y demostrar su potencial por culpa de comentarios o actitudes como las que nuestra protagonista recibía; puesto que, seguramente el número nos impactaría y asustaría.
La clave de todo está en empezar a percibir la diversidad en nuestros centros como una manera de enriquecernos y fortalecernos unos a otros, y no tanto como una debilidad, un obstáculo o un fantasma que terminará desapareciendo si no le damos la atención que merece.

Silvia Panadero dijo...

El relato de "Soy Latifa y soy de la Cañada" cuenta la historia ejemplar de una mujer de origen humilde, valiente, trabajadora, sencilla y empoderada por sí misma; se trata de Latifa, quien narra en primera persona muchos de los obstáculos a los que tuvo que hacer frente por cierta discriminación cultural, al ser de origen árabe. Las barreras con las que se encontró dificultaron su proceso de aprendizaje, y por lo tanto, su desarrollo integral como persona, tratándole de arrebatarle derechos tan importantes como el de la Educación (ya fuese obligatoria o no); un ejemplo de ello es la falta de motivación extrínseca que recibió cuando quiso realizar el bachillerato. A su vez, se ha de destacar que los inconvenientes que fueron surgiendo, eran provocados por distintos agentes partícipes en su formación, desde el profesorado y sus compañeros de clase, hasta la sociedad, su familia y en ocasiones, ella misma y su voz interior. En la mayor parte de los ejemplos que se narran, las limitaciones impuestas por los demás estaban relacionados por su raza o por la ubicación en la que residía, siendo barrios pobres y mal vistos.
Sin embargo, como se decía al comienzo se trata de una historia "ejemplar" porque pese a que no fue un camino fácil, y a las pocas ayudas que recibió, ella sola fue forjando su educación. La clave siempre estaba en afirmarse para sí misma lo que se merecía conseguir y de lo que era capaz de hacer, luchando día tras día contra las adversidades como la pérdida del servicio de autobús, o los comentarios de infravaloración hacia ella.

En conclusión, se trata de un relato con gran carga didáctica, que puede ser trabajado desde muy distintas perspectivas y otorgar una serie de enseñanzas muy diversas y profundas: por su factor motivador, de entender que el único que puede ponerte límites eres tú mismo; por su invitación a la reflexión hacia los docentes, de cara a trabajar aspectos tales como la diversidad cultural, y buscando una mayor inclusión y equidad de oportunidades; por mostrar la influencia que tienen las actitudes (comentarios, acciones, etc.) de los padres o las personas más cercanas a los niños y niñas; etc.

Por último, con respecto a mi valoración personal, he de señalar que causa una gran pena el saber que la vida de Latifa, que puede verse como un simple cuento o relato, ocurre todos los días, en todas las partes del mundo y multiplicado por montones de niños y niñas. Como futura docente, siento impotencia al saber que por desgracia aún hay centros, o contextos educativos en los que no se les otorga las mismas oportunidades; ¿Quién soy yo para decir que un niño o niña nacido en el conocido barrio de "las 600" no puede ser el futuro Amancio Ortega o la futura Margarita Salas? Todo ser humano nace con unas capacidades y habilidades para hacer unas u otras cosas, se trata de reforzarlas y hacerles sentir útiles e importantes por igual. De vez en cuando debemos pararnos a pensar en la de personas que no habrán podido trabajar y demostrar su potencial por culpa de comentarios o actitudes como las que nuestra protagonista recibía; puesto que, seguramente el número nos impactaría y asustaría.
La clave de todo está en empezar a percibir la diversidad en nuestros centros como una manera de enriquecernos y fortalecernos unos a otros, y no tanto como una debilidad, un obstáculo o un fantasma que terminará desapareciendo si no le damos la atención que merece.

Anónimo dijo...

Soy Carmen María Matoque Moreno. Después de leer el capítulo "Soy Latifa, y soy de la Cañada", me impresiona la relevancia de acceder a una educación de alta calidad que no solo se centre en contenidos académicos, sino que también promueva el crecimiento personal y social. La historia de Latifa destaca la persistencia de las desigualdades sociales en nuestra sociedad actual, que a menudo pasan desapercibidas para muchos de nosotros.

Es crucial reconocer nuestra suerte al tener acceso a una educación de calidad, viviendas adecuadas y condiciones favorables de vida, en contraste con la realidad que enfrentaba Latifa, quien debía recorrer largas distancias para llegar a la escuela. Además, su historia subraya cómo, a través de la determinación, la confianza en sí misma y la perseverancia, logró obtener su educación universitaria.

Estas narrativas nos instan a apreciar lo que tenemos y a abogar por aquellos que no tienen acceso a las mismas oportunidades. Como futuros educadores, es nuestro deber promover una educación inclusiva que no discrimine a ningún niño o niña. Asimismo, debemos cultivar valores que contribuyan a construir una sociedad más justa y equitativa para el futuro.

Mireya Ortega dijo...

Soy Mireya Ortega y al leer este capítulo en clase del libro “La emoción de aprender” de César Bona me he podido dar cuenta de cómo es posible transformar la educación a través del reconocimiento de las emociones y hacer que los alumnos se motiven a través de ello. El autor comparte sus experiencias, reflexiones y sus prácticas educativas que ha encontrado en las distintas escuelas en las que ha estado. Destaca la gran importancia que tiene conectar con los alumnos a nivel emocional y fomentar siempre su pasión por aprender. También nos muestra la importancia que tiene promover la inclusión desde el respeto.

Uno de los casos que hemos leído en clase ha sido el de “Soy Lafita, y soy de la Cañada”. Se trata de una niña que muestra sus dificultades para asistir a clase y las cosas que tiene que soportar por ser musulmana. A través de esta historia podemos comprender las diferencias de cada estudiante y cómo, con la ayuda de maestros comprometidos centrados en las necesidades de los alumnos, podemos brindarles el apoyo que necesitan , siempre promoviendo la inclusión y así, que puedan alcanzar su verdadero potencial.
Finalmente, gracias a la capacidad que tenía de superación, pudo conseguir lo que se propuso y sacarse su carrera. Con esta historia podemos darnos cuenta de la importancia que tienen las cosas, como es el hecho de poder asistir a clase todos los días y como futuros docentes, reconocer las diferentes realidades de nuestros estudiantes, mostrando empatía hacia aquellos que puedan no estar pasándolo bien y promover un ambiente incluso donde todos los estudiantes se sienten valorados.

Juan González López dijo...

Soy Juan González López. El relato de "Soy Latifa, y soy de la Cañada" es realmente conmovedor y me ha hecho reflexionar profundamente. La historia muestra las difíciles circunstancias que enfrentan muchos jóvenes en ambientes vulnerables y cómo Latifa, a pesar de todo, sigue luchando por superarse.

Me impactó mucho ver cómo la educación se convierte en un refugio para ella, ofreciéndole estabilidad frente a las dificultades de su vida en la Cañada. Es inspirador ver su determinación para seguir adelante con sus estudios, enfrentando prejuicios y expectativas bajas de algunos educadores, lo que realmente demuestra su fuerza de carácter.

Además, Latifa se involucra en su comunidad a través del voluntariado, lo cual no solo la ayuda a ella sino también a otros. Esto muestra cómo el compromiso con los demás puede ser una fuente de crecimiento personal y empoderamiento.

Finalmente, el relato subraya la importancia de apoyar y entender a los jóvenes en situaciones difíciles, proporcionándoles las herramientas necesarias para que puedan mejorar su vida. La historia de Latifa es un claro recordatorio de que, a pesar de las adversidades, es posible avanzar y aspirar a un futuro mejor.

Marta Marquina dijo...

Tras haber leído este texto de “Soy Lafita, y soy de la Cañada" es inevitable leerlo desde la empatía para entender el testimonio conmovedor de Latifa. Ella relata las situaciones donde se ha sentido discriminada, hasta el punto de que esta idea caló en ella y le daba vergüenza cosas como decir dónde vivía.

A pesar de todas las desafortunadas dificultades que vivió en su infancia, ella es un símbolo de reivindicación y de superación por todo lo que ha conseguido a día de hoy: es Licenciada en Humanidades, tiene un máster en Comunicación Intercultural y habla tres idiomas y medio. Y por último, pero no por ello menos importante, ha tenido la valentía de contar en un libro sus experiencias para servir como referente para otras personas y para que el resto de personas que goce de privilegios que ella no tuvo que consiga ponerse en su piel. De esta forma nos hace reflexionar sobre ciertas barreras sociales que siguen existiendo a día de hoy.

En mi parecer, la experiencia de Latifa refleja la desigualdad en nuestra sociedad actual, donde los prejuicios basados en la cultura, nacionalidad, apariencia, creencias, entre otros, persisten. Es imperativo que pongamos fin a estos estereotipos y deconstruir a las futuras generaciones a través de la educación para formar sociedades donde la desigualdad no tenga cabida.

Luis García Díaz dijo...

Buenas tardes, soy Luis.
Es esencial reconocer la importancia de la inclusión en todos los aspectos de la vida social, especialmente en el ámbito educativo, donde cada individuo debe tener la oportunidad de desarrollarse plenamente. La historia de Latifa resalta cómo la educación puede ser un motor de cambio y empoderamiento, proporcionando a las personas las herramientas necesarias para alcanzar sus metas y contribuir positivamente a la sociedad.

Además, se enfatiza la relevancia del respeto, la empatía y la valoración de la diversidad cultural como pilares para una convivencia armoniosa y enriquecedora. Estos valores son fundamentales para construir comunidades más justas, inclusivas y respetuosas.

En resumen, la historia de Latifa invita a reflexionar sobre la actitud hacia los demás, a valorar la importancia de una educación inclusiva y a trabajar juntos para construir un mundo donde todos tengan igualdad de oportunidades para alcanzar su máximo potencial.