Las personas con autismo varían enormemente en su calidad de vida. Es un parámetro difícil de estudiar porque es multifacético, complejo y subjetivo. Estudios previos habían identificado diferentes problemas que son frecuentes en la comunidad autista y afectaban significativamente a su calidad de vida como una salud frágil o no alcanzar los resultados académicos o laborales deseados, pero es necesario que sepamos cuántas personas están afectadas de una mala calidad de vida, qué es lo que es lo más importante para ellos e intentar decidir junto con ellos cuáles pueden ser los apoyos más útiles para mejorar esa situación.

El artículo publicado por Oakley y su grupo (2020) sugiere que la ansiedad y la depresión, y no los rasgos de autismo, explican por qué muchas personas autistas obtienen una puntuación más baja que las personas no autistas en varias herramientas utilizadas para valorar la calidad de vida. También hay buenas noticias: el estudio muestra que las diferencias entre personas autistas y no autistas se reducen tanto para adultos como para niños en algunas áreas específicas, incluyendo la salud física, las actividades de ocio y el rendimiento escolar. En una palabra: mejoramos.
Artículo completo. Pincha aquí.
Tomado del blog de José Ramón Alonso. Neurociencia
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